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Una historia de unidad, sorpresa y verdadero espíritu de equipo.

Juntos podemos mover montañas (y garajes para un coche)

Cuando los empleados de Trek Mitch P. y Jennifer G. compraron un terreno en la carretera que pasaba por la sede de Trek en Waterloo (Wisconsin), estaban emocionados por empezar a construir el hogar de sus sueños. Pero tenían un peso encima que no podían solucionar por su cuenta.

En su terreno había un garaje para un coche que había que mover y colocar sobre una losa de hormigón con el fin de ganar espacio para edificar su casa. Mitch intentó mover él solo la estructura de más de 900 kilos con la ayuda de un remolque, pero el terreno irregular complicó la tarea.

Así que Mitch hizo lo que todo el mundo en Trek sabe hacer de forma natural: pedir ayuda.

Envió un correo electrónico a sus compañeros de trabajo con una inusual petición:

«Necesito al menos 20 voluntarios para trasladar un garaje para un coche (4x6m) en Waterloo. Le hemos quitado el techo para reducir el peso hasta unos 900 kg. Se trata de un tema personal, no laboral, así que, si no te animas, no pasa nada».

Mitch esperaba reunir a unos 20 voluntarios. Le respondieron más de 30 compañeros, todos deseosos de echar una mano.

Durante la pausa del almuerzo, el grupo se enfundó los guantes de trabajo y se puso manos a la obra. Juntos levantaron el garaje con facilidad y lo colocaron sobre la nueva losa de cimentación en menos de tres minutos.

Esta es la prueba fehaciente de que ninguna tarea es demasiado grande ni pesada si la abordamos en equipo. Desde aquel día, todos saben que, si alguna vez se ven en apuros, pueden contar con sus compañeros para acudir al rescate.