Algunas obras maestras empiezan con un boceto. Otras, con un silencio; aquellas que comparten dos personas que no necesitan hablar para entenderse mutuamente.
Micah Moran y Kyle Doney no acaban las frases el uno del otro. No es necesario. Como fuerza creativa artífice de los innovadores programas de pintura Project One ICON de Trek, funcionan como una especie de flujo neuroconectado: uno piensa y el otro ejecuta.
Micah es el director artístico de Project One, un visionario del diseño siempre en busca de lo imposible. Kyle es un pintor con formación en diseño que se ha convertido en una mezcla de ambos: artesano y experimentador a partes iguales. Su colaboración no se basa tanto en el proceso como en la proximidad, la confianza y un apetito compartido por el fracaso en la búsqueda de algo original.
«Fracasa rápido y hazlo a menudo», dicen. No es simplemente un lema, es un permiso. Para asumir riesgos. Para sorprenderse a sí mismos. Para hacer algo que el mundo jamás ha visto.
Trabajan juntos desde 2018, pero su historia empieza mucho antes. Kyle pasó cinco años trabajando como pintor en Project One, antes de ser contratado como becario de diseño; alguien con un talento innato y una precisión poco habitual. Durante todo un año, Kyle pintó desde las 4 de la mañana hasta la 1 de la tarde, para luego trabajar con el equipo de diseño hasta las 5. El equipo lo apodó «The Mule» (la mula), en referencia tanto a su ética de trabajo como a su apellido, Doney.
El corazón y las manos que se esconden detrás de las bicicletas P1 ICON
Cuando la visión y la artesanía bailan al unísono, el resultado es Project One ICON.
Lo que empezó como una mentoría se convirtió, rápidamente, en una colaboración. Cuando se lanzó Project One ICON con cinco diseños originales personalizados, Micah y Kyle fueron los protagonistas. La misión era bien clara: redefinir lo que podía ser la pintura personalizada. Crear bicicletas distintas a todas las demás y conseguir que la artesanía estuviera a la altura del concepto.
No estaba claro que los ciclistas entendieran la visión. ICON era una apuesta por el arte, por la obsesión, por un tipo de personalización más profunda. Pero Micah y su equipo habían hecho los deberes. Habían comparado experiencias de diseño de élite y tuvieron una revelación después de visitar una tienda de personalización de Porsche, cuando el gerente de una tienda Trek local dijo: «Los clientes de esos coches son exactamente los mismos que los de ICON».
Ese cliente no se limita a comprar un programa de pintura; ese cliente compra una filosofía de vida. Cada diseño de ICON se basa en horas de experimentación, iteración y trabajo de precisión que la mayoría de la gente nunca verá. Y eso es fruto tanto del dominio del oficio como de algo que no resulta tan sencillo de definir. «Lo que hace que Kyle sea especial es que se fija en las cosas que importan», afirma Micah.
«La atención al detalle no la puedes enseñar; o se tiene o no se tiene».
Han diseñado innumerables bicicletas exclusivas para los ciclistas de Trek, a menudo trabajando directamente con ellos para plasmar una historia. «En ocasiones, los propios ciclistas son mejores diseñadores que nosotros», comenta Kyle, riéndose. Ese es precisamente el objetivo: ICON es un diálogo. Hace honor al ciclista. Celebra lo personal. Y por la propia naturaleza de los diseños, no hay dos iguales.
Con todo, la colaboración más importante es la que existe entre Micah y Kyle. No es ostentosa. No es una puesta en escena. Es una sinergia sosegada que estimula todo un lenguaje de diseño y convierte las bicicletas personalizadas en obras de arte sobre ruedas.
Cuando algo les sorprende, saben que han dado en el clavo. Cuando un giro de color parece imposible. Cuando dan un paso atrás y descubren algo que no debería existir, pero que ahora existe.
«Aquí nada destruye los sueños», afirma Micah Esa libertad para explorar, obsesionarse, construir algo que nadie pidió, pero que todo el mundo anhela, es lo que distingue a Project One ICON.
Porque en el nivel más elevado del arte, no se trata únicamente de disponer de las herramientas. Se trata de las manos que las utilizan y del corazón que las guía.