En 1990, Trek crecía como la espuma. Las bicicletas Trek se vendían más que nunca y eso era gracias al increíble trabajo de nuestros distribuidores. Por lo general, los distribuidores estaban contentos. Uno de ellos, sin embargo, nunca estaba contento, hiciéramos lo que hiciéramos.
Lo llamaremos «Tom». Era uno de los diez mejores distribuidores de Trek del país. Con un solo pedido era capaz de alcanzar el objetivo de ventas de una sola zona. Era muy famoso. Y un auténtico capullo.
El deporte favorito de Tom era sacar de quicio a los comerciales. Se jactaba de ello. En sus mejores días, era complicado y desafiante. Se sentía orgulloso de resultar antipático a los demás, como todos los capullos.
Un día, el manager de ventas entró en el despacho del presidente de Trek, John Burke, y le dijo: «Tenemos un problema con Tom». Siempre teníamos problemas con Tom. El manager de ventas dijo que Tom estaba a punto de hacer un pedido de pretemporada enorme, pero con unas exigencias poco razonables. John preguntó al manager de ventas qué ocurriría si nos deshiciéramos de Tom para acabar con toda esa energía negativa. Me respondió que dejaríamos de vender 2.000 bicicletas al año.
Un poco más tarde, John llamó a Tom desde el aeropuerto O’Hare y no se anduvo con rodeos. «Tom, no vamos a poder cumplir con tus exigencias», le dijo.
«Pues no voy a poder hacerte un pedido tan grande», afirmó.
A lo que John replicó: «Tom, hemos llegado a la conclusión de que nunca estás satisfecho con nosotros y creo que no vamos a seguir haciendo negocios contigo».
Silencio sepulcral.
Y así acabó la historia. Una semana más tarde, John tuvo la misma conversación con otro de los diez principales distribuidores de Trek. Fue entonces cuando la política «anticapullos» se convirtió en una norma oficial para todo el mundo en Trek: desde empleados a proveedores y distribuidores.
¿Por qué tomamos esta medida? Porque queremos que cualquiera pueda entrar en cualquier tienda Trek del mundo con la seguridad de que no le atenderá ninguna persona borde ni grosera. Queremos asegurarnos de que todo el mundo recibe un trato cordial, y se sienta como en casa. Queremos en nuestras tiendas personas que escuchen y que disfruten ayudando al cliente a elegir la bicicleta de sus sueños.
Al fin y al cabo, cuando creas una cultura del respeto, animas a más gente a montar en bicicleta. Y ese es el objetivo final.
Only Good Energy | No Asshole Policy
El origen de la política «anticapullos» de Trek